Muchos de nosotros no somos ajenos a los retrasos, los desvíos (rutas indirectas) y las distracciones.
Sin embargo, recuerda que Dios siempre está trabajando, incluso en medio de estas interrupciones: Él es poderoso, fiel y lo atesora y nunca lo defraudará.
Dios usa Sus demoras para enseñarnos a confiar en Él más plenamente y a someternos más a fondo a Su señorío sobre nuestras vidas.
Cuando Dios se demora, debemos confiar en Él sometiéndole nuestras agendas.
Cuando Dios se demora, debemos confiar en Él para cumplir Su voluntad a través de nosotros por Su poder.
Cuando Dios se demora, debemos confiar en El, no en nuestras circunstancias..
Dios usa sus demoras para enseñarnos a someternos más a fondo a su señorío sobre nuestras vidas.
Nos sometemos al señorío de Dios reconociendo que Él es Dios y nosotros no..
Nos sometemos al señorío de Dios al no quejarnos mientras esperamos..
Nos sometemos al señorío de Dios aprovechando las oportunidades presentes mientras esperamos en Él.
En un mundo que nos anima a creer en nosotros mismos y a lograr todo lo que merecemos, es primordial entender quiénes y de quien somos.
“Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” ( 2 Pedro 3:8-9).