Una de las claves para descubrir la voluntad de Dios para nosotros está en nuestra humildad..
Deja ir los esquemas y la idea que crees que sabes mejor..
La altivez, el orgullo y la presunción son como terreno pedregoso que nunca dará fruto espiritual..
La humildad es un terreno fértil donde la espiritualidad crece y produce el fruto de la inspiración para saber qué hacer..
Da acceso al poder divino para lograr lo que se debe hacer.
Un individuo motivado por un deseo de alabanza o reconocimiento no calificará para ser enseñado por el Espíritu.
Una persona que es arrogante o que deja que sus emociones influyan en las decisiones no será guiada poderosamente por el Espíritu.
El camino que Dios pone ante nosotros puede ser completamente diferente al que hemos planeado, y se necesita humildad para reconocerlo.
Cuando actuamos como instrumentos en nombre de otros, nos inspiramos más fácilmente que cuando pensamos solo en nosotros mismos. En el proceso de ayudar a otros, el Señor puede “cargar a cuestas” las instrucciones para nuestro propio beneficio.
Nuestro Padre Celestial no nos puso en la tierra para fracasar sino para triunfar gloriosamente..
A veces tratamos imprudentemente de enfrentar la vida dependiendo de nuestra propia experiencia y capacidad.
Es mucho más sabio que busquemos a través de la oración y la inspiración divina para saber qué hacer. Nuestra obediencia nos asegura que, cuando sea necesario, podemos reunir los requisitos para recibir la ayuda y el poder divinos a fin de lograr Sus objetivos inspirados.
Dos indicadores de que un sentimiento o inspiración proviene de Dios son que produce paz en su corazón y un sentimiento cálido y tranquilo de gozo.
La comunicación con nuestro Padre Celestial no es un asunto trivial. Es un privilegio sagrado..
“Dios los ama y los ha escogido como su pueblo especial. Sed, pues, amables, bondadosos, humildes, mansos y pacientes…” (Colosenses 3:12).
January 21
You see, at just the right time, when we were still powerless, Christ died for the ungodly. Very rarely will anyone die for a righteous man, though for a good